Post-it! #024

La Pregunta:
¿Libro o adaptación cinematográfica?


Siempre hay honrosas excepciones, pero por lo general me quedo con los libros. Las historias y el trasfondo se plasman mejor por escrito. Eso sin entrar en términos de libertad imaginativa. No es lo mimo imaginar de cero los escenarios, los actores, el timbre de su voz que dejarse llevar por la imaginación de otros.

Pero esto no quiere decir que por sistema aborrezca las adaptaciones, es más, entiendo que son lenguajes diferentes y que no todo es adaptable en una historia; pero sí me gusta que sean fieles (por lo menos al espíritu de la obra). Aunque bueno, si son buenas películas pero malas adaptaciones no me importa tanto; porque si es una mala películas y mala adaptación pues entonces apaga y vámonos.

En este sentido Blade Runner es una mala adaptación pero una buena película y me gusta por ello. Al igual que me pasa con La Historia interminable (pero sólo con la primera, que el resto no me gustan).

El nombre de la rosa es una buena película y una adaptación bastante buena, aunque estuve años engañada porque oía decir con mucha frecuencia que la película era mejor que el libro, sobre todo en el modo de tratar el laberinto. Pero después de leerlo no comparto esa opinión.

Con El perfume acabé muy defraudada, tanto que no puedo decir si es una buena película o no. Sólo que como adaptación no me gustó nada.

El contra punto lo tengo con Coraline del que me gustó más su adaptación en stop-motion que el relato original. Pero creo que es uno de los pocos ejemplos que puedo dar, por no decir el único.

Y así a bote pronto son los libros y adaptaciones que se me vienen a la mente, que tampoco es para hacer un repaso a toda la filmografía existente… ¿Y a vosotros os gusta más alguna película más que el libro en el que se basa?

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La cita:

El gato bostezó cautelosa y prolongadamente, revelando al hacerlo una boca y una lengua de un asombroso color rosa.
—Los gatos no tenemos nombre.
—¿No? —dudó Coraline.
—No —corroboró el gato—. Vosotros, las personas, tenéis nombres porque no sabéis quiénes sois.

Coraline  (Neil Gaiman)